Los
procesos de construcción de la identidad, desarrollo afectivo y de
socialización en los pequeños se inician en la familia. Investigaciones
actuales han demostrado que desde muy temprana edad desarrollan la capacidad
para captar las intenciones, los estados emocionales de los otros y para actuar
en consecuencia, es decir, en un marco de interacciones y relaciones sociales.
Los niños transitan, por ejemplo, de llorar cuando sienten una necesidad –que
los adultos interpretan y satisfacen–, a aprender a expresar de diversas
maneras, lo que sienten y desean.
En
estos procesos, el lenguaje juega un papel importante, pues la progresión en su
dominio por parte de los niños les permite representar mentalmente, expresar y
dar nombre a lo que perciben, sienten y captan de los demás, así como a lo que
los otros esperan de ellos.
En
la edad preescolar los niños y las niñas han logrado un amplio e intenso
repertorio emocional que les permite identificar en los demás y en ellos mismos
diferentes estados emocionales –ira, vergüenza, tristeza, felicidad, temor– y
desarrollan paulatinamente la capacidad emocional para funcionar de manera más
independiente o autónoma en la integración de su pensamiento, sus reacciones y
sus sentimientos.
MISSPREESCOLAR, (2011). Desarrollo personal y social. Recuperado de http://misspreescolar.blogspot.com/2011/04/desarrollo-personal-y-social.html
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